Continuación Capítulo II

 La vida le había dado la oportunidad de empezar de cero. Marlon hacía dos meses que estaba trabajando en un buffet de abogados de Madrid. Como en todos los trabajos, le hicieron notar quiénes eran lxs jefxs y el “precio” que debía pagar por ser “Sudaca” como escuchaba en cada conversación de sus compañeros.

Pensó que sería algo pasajero, pensó que si se esforzaba más y su trabajo era satisfactorio, dejarían de discriminarla de ésa manera. Lamentablemente los días pasaban y sus jornadas de trabajo excedían las 8 horas, ya que le pedían que se llevara trabajo a casa porque “así agilizaba las reuniones del día siguiente”. A pesar de todo, Marlon le ponía una sonrisa todos los días, agradecía la oportunidad de estar allí… sin embargo, sabía que si la situación no cambiaba tenía que pensar en cambiar el plan.

Gus, no podía creer lo mal que la trataban incluso se distanció de su amiga, porque era una de las principales burlonas de allí. Habían logrado una dinámica sólida y divertida entre ambos, los días jueves era solamente para ellxs, Gus pasaba por Marlon a la salida de su trabajo y se iban por unos tragos; “En 15’ paso por el matadero…” solía decir mientras le arrancaba una sonrisa. Marlon era capaz de hacer amigxs en los bares que en su propio trabajo, “no has venido a hacer amigxs” se decía para sí cada mañana.

Uno de esos tantos jueves de tragos, Gus había llegado antes que ella, pues le pidieron un “último favor” en el trabajo. Sin problema alguno, ya estaba con una mesa llena de perfectos desconocidxs, riendo y bebiendo, “en 5 estoy” texteó Marlon. Asi que pidió un Gin Tonic para ella, mientras tanto alguien preguntó para quién era ese trago… “para la argentina más hermosa que conocerás…” dijo Gus mientras le guiñaba un ojo.

Finalmente después de más de 5’ llegó Marlon, “¡Niña que te has demorado una eternidad!, tendremos que pedir otro trago, pues el tuyo ya lo tomaron…”. Se sentó, saludó en general y prendió un cigarrillo. Vino el mozo, pidió un gin tonic de pomelo pero ya se les había terminado, sólo quedaba de naranja o de limón, “pero si me dijiste que recién tomaron el de pomelo… ¿tan rápido se acabó?...bueno, tráeme uno de naranja” dijo. “Lo siento, yo me lo he tomado por ti… “dijeron en un español muy malo con acento inglés…

Marlon miró con un poco de fastidio, le devolvieron una sonrisa casi tan perfecta como la de Gus. “Soy Ema, un gusta conocerte” y besó su mejilla. Marlon esbozó una sonrisa, a decir verdad no le gustó tanta confianza de repente… “no hay problema, ya me traerán otro”  contestó “como si no estuviese demasiado acostumbrada a que aquí no les importe lo que yo quiera” pensó. Gus, se acercó y le susurró al oído: “¡espabila hija! Ema parece ser una buena persona… además de lo hermosa que es… ¿no lo crees?”… Marlon la miró y aquella morocha de ojos café volvió a sonreír ampliamente.

Dai 💎

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