Final Capítulo I

 Al día siguiente, despertó con entusiasmo, aunque la ducha estuvo fría decidió que nada podía empañar los planes que había programado. Salió por un café, era un día hermoso. Tenía su cv preparado, había repasado mil veces en su mente las posibles respuestas para las entrevistas, su maquillaje estaba hermoso, sutil y su ropa limpia y perfecta.

Aquél día pasó por 3 entrevistas, ninguna tuvo éxito. Para la tarde ya estaba demasiado ansiosa, triste y desganada. Tenía ganas de llamar a su madre o a algún amigx pero no quería gastar crédito ni datos de su teléfono, todo aún le parecía caro. Dos días después de buscar trabajo sin parar, de presentar cv en todos lados, restaurantes, bares, librerías, centros médicos, centros estéticos, gimnasios, panaderías… prácticamente cualquier lugar por el que pasara. Le costaba acostumbrarse al ritmo de vida de allá; a las 19:00 decidió descansar un poco y tomar una cerveza. Se sentó en el primer bar que encontró, lo único que la hizo sonreír un poco fue escuchar “¿Qué te pongo?”… sonó raro para ella, las conversaciones que escuchaba le sonaban raras, las muletillas que la gente utilizaba también y de repente sintió muchas ganas de volver por un segundo a las salidas de los miércoles con sus amigas.

Con la mirada nostálgica, de a poco fue notando que a tres mesas de ella una sonrisa y unos ojos celestes la miraban inquietantes. Se sorprendió, volvió a mirar y la situación se repitió. Le dio vergüenza y un poco de miedo también, así que no devolvió la sonrisa. Acomodó la silla para otro lado dándole la espalda… unos  minutos después escuchó “¿Puedo acompañarte?” se dio vuelta casi sin respirar. Alto, rubio de ojos celestes, cargaba con una sonrisa perfecta, casi envidiable.

“No, gracias. Así estoy bien” dijo Marlon. El muchacho volvió a sonreír, y repuso: -“Anda tía, que no muerdo… es que vamos en la misma dirección…” mientras guiñaba un ojo; sin poder responder Marlon, él volvió a decir: -“Soy Gusti, perdona que me he acercado así. Y es que te vi tan solita y triste… ¡vamos chica! Tomáte una copa conmigo y cambias la cara enseguida”

A pesar de que tenía miedo, su intuición le dijo que no venía mal conocer gente nueva. Decidió aceptar el trago y estar muy atenta a todos los movimientos, ya que todxs sabemos que ser mujer en el siglo que sea… no es fácil. Marlon estaba siguiendo su sexto sentido, su intuición, su corazón… la vida le tenía preparada una hermosa sorpresa por delante…

Dai 💎

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