¿Todavía estás soltera?... y otras yerbas.
¿Rosado o celeste? ¿Muñecas o autitos? ¿Pelota o set de cocinita?... Parecen ser las únicas opciones para cada ser humano que viene al mundo definido por su sexo biológico. Dualidades sobre las que debemos escoger si o si, como si no hubieran infinidades de colores y jug para alguien que todavía no sabe ni conoce la cara de su madre.
Desde pequeña me preguntaba sobre los distintos juguetes y colores que definían nuestro mundo infantil; mundo que por cierto, estaba lleno de fantasías y de miles de colores más. Mis juegos siempre fueron distintos a los convencionales, en mi casa no me regalaban los set de cocinita ni los de doctora ni los de veterinaria, las barbies que nos regalaban terminaban con el pelo corto, sin ropa, llenas de tatuajes y en la mayoría de los casos sin cabeza. Por el contrario, me encantaban los juegos con mis perros, con las pelotas, con la soga de saltar, hacer tortitas de barro, jugar con mi hermana a las "mejores amigas", intentar bordar con la Ninín y escuchar las historias que mamá tenía para contarnos; los juegos de cosquillas, de autitos con mis vecinos, de pilladitas (si no sabe lo que es jugar a la pilladita, probablemente Ud. tenga varios años menos que yo, pregunte a sus padres), el famoso "jurado" donde cantábamos canciones de Chayanne y bailábamos.
Por suerte mamá nunca nos encasilló con un solo color, mientras crecíamos nos daba libertad de elegir nuestra ropa y sus colores, aunque debo reconocer que hasta el día de hoy nunca supe cómo combinarlos pero en fin, siempre encuentro cómo arreglarlo. Nos enseñó y jugaba con nosotras con tooooodos los juguetes que se nos ocurrieran, autitos, dinosaurios, pelotas, muñecas, barro, etc. sabiamente supo enseñarnos que por el hecho de ser mujeres no teníamos que conformarnos con las muñecas y todo lo que sea de color rosa, es una enseñanza que hoy agradezco profundamente.
Recuerdo cuando le llamaban desde la escuela, porque yo "jugaba muy machona" con mis compañeros, me acuerdo cómo jamás me dijo que dejara de hacer eso; también me acuerdo que mis parientes se sorprendían porque a la hora de mis cumpleaños casi no habían niñas, lo que lleva a que hoy con casi 30 años me pregunten que porqué no tengo novio, ¿tendrán miedo de algo?.
Todas estas cosas me llevan a muchos cuestionamientos, pero hoy quiero detenerme en uno, sino debería empezar a escribir un libro por aquí lo que no me conviene, porque es probable que alguien se robe mi idea (JA).
En fin, una de las cosas que me cuestioné es sobre la soledad y la edad. Es muy común que las personas te pregunten por alguna posible pareja, antes de que saber cómo estás; como si estar soltera/o fuese una etiqueta casi denigrante o vergonzosa para una, entonces no puedo dejar de preguntarme ¿Sabrán apreciar la soledad?, últimamente me encuentro con personas que me relatan que "no saben estar solas" ¡¿Cómo que no?!, una que disfruta tanto estar sola.
Hace un par de años atrás ésta cuestión de la soltería me pesaba, me disgustaba y llegué a pensar que quizás mi capacidad de amar se había ido, que quizás no soy lo suficientemente atractiva para las personas, o que incluso debe haber algo mal en mí para no poder entablar una relación "estable". ¡Qué equivocada estabas Daianita! Decidí llevar éste tema a terapia, y me di cuenta que todas esas dudas no tenían razón de ser, no hay nada de malo en mí y encima estoy fuertísima (¡vamo' las pibas con ése autoestima!), más allá de lo humorístico, me di cuenta qué nocivas eran aquellas afirmaciones, cuán hondo calaron en mí y me destrozaban el autoestima y amor propio.
Fue ahí donde empecé a tener citas conmigo, empecé a mirarme al espejo por primera vez en serio y me animé a maquillarme, me animé a decirme lo lindo que me quedaba la ropa, lo bien que me veía, lo graciosa que soy y la sonrisa hermosa que tengo, recorrer con mis ojos cada partecita de mi cara y mi cuerpo reconociéndolos y amándolos en cada detalle; empecé a salir conmigo por un café, por una cerveza, ir a ver museos, ir a las ferias, salir a caminar, ir al cine, y miles de cosas más. Empecé a disfrutar de mi soledad, que en realidad no era tal, porque mi propia compañía me era suficiente.
En esos momentos también empecé a escribir, animarme a leer mis producciones fue un acto de mucha valentía y amor a la vez, empecé a preparar mis "Healing days", es decir, mis "días para sanar" de los 7 días de la semana uno tiene que ser exclusivamente para mí, hago todo lo que me gusta y me consienta; prepararme los mejores mates del mundo, salir a caminar, jugar con mis perras, leer el libro que más me gusta, sentarme a escribir mi libro (si, tengo uno que está en pleno proceso), disfrutar el silencio, orar y meditar. Cada vez que me tomo una hora o el tiempo que sea sólo para mí, funciona como una inyección de amor, valentía y seguridad que solamente YO puedo darme.
Entendí que no puedo buscar en otro lo que me haga realmente feliz si aún no lo encuentro en mí, entendí que no puedo pretender que un otro/a me ame como quisiera si no soy capaz de amarme así, entendí que el amor propio requiere de soledad, de compañía propia para poder descifrar incluso mi propio lenguaje del amor.
Y finalmente comprendí, que las preguntas maliciosas de la gente son sólo proyecciones de su propia inseguridad, de su escaso amor propio, y que solamente yo decido cuánto me afectan o no.
Dai 💎
Que ese amor propio siga creciendo, sanándote y haciéndote más feliz. 💗
ResponderEliminarÉxitos con el libro.
Ayyyyy ♡ Hermoso, me encantó!
ResponderEliminarMe Encanta saber que cumplí la consigna de educarte con Libertad, Respeto y Alimentar ese Amor Propio esos Valores hacen de ti Una Maravillosa Mujer ,Siempre supiste expresarte de la mejor manera ,Tu Éxito está Asegurado Aprendiste a Convivir contigo misma y no todas las personas lo logran
ResponderEliminarTe Amo y Admiro
Tu Madre
Es por ahí.....cómo dicen ahora!!! Me encanta la fluidez que vas adquiriendo, la elección de ideas y palabras!! Me encanta todo! ♡
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